"Ir allí donde nadie quiere ir"

¡Bienvenidos hermanos a este blog! Con él os quiero informar poco a poco sobre la evolución del proyecto que se presentó al nuevo Provincial y sus consejeros en mayo del año 2011; así como diferentes proyectos que han surgido sobre este tema en la vida religiosa en los últimos años.

Os animo a participar activamente en un futuro desde la misión popular, la nueva evangelización y la itinerancia; y que este proyecto no sea sólo un proyecto sino una realidad.

Igualmente os animo a participar activamente en este proyecto, religiosos y seglares, o aportar vuestros comentarios, propuestas y deseos pues con vuestro aporte se enriquece dicho proyecto.

domingo, 10 de marzo de 2013

RETIROS ESPIRITUALES DEL P. IGNACIO LARRAÑAGA




Os dejo herman@s, una biografía de este hermano capuchino, os hará mucho bien en este tiempo de cuaresma. 
También un enlace donde podréis ver sus conferencias: http://www.youtube.com/user/paquo360/videos?query=ignacio+
Un saludo y "sed santos, como vuestro Padre del cielo es santo" 
Ignacio Larrañaga, sacerdote franciscano, capuchino de origen español. Nació en Loyola el 4 de mayo de 1928. Es ordenado sacerdote en Pamplona, desarrolló por algunos años su ministerio sacerdotal en su país de origen.
Enviado a Chile, desde muy joven, ha desarrollado una obra pastoral inmensa, como predicador, escritor y organizador de conferencias, cursos, retiros.
En el año 1965 fundó, el Centro de Estudios Franciscanos y Pastorales para América Latina (CEFEPAL), desarrollando a lo largo de una década una intensa actividad animadora en la línea franciscana y en la renovación conciliar en diversos países de Hispanoamérica y España.
En 1974 en Brasil, inició un método de evangelización llamado “Encuentro de Experiencia de Dios”, de seis días de duración que llevó a cabo durante 23 años, en los que participaron decenas de miles de personas, delegando después esa tarea evangelizadora a matrimonios de distintos países, que hoy día lo continúan con gran eficacia.
Desde el año 1984 inició la obra, considerada más importante de su vida: los Talleres de Oración y Vida (TOV), a cuya fundación y consolidación dedicó aproximadamente diez años, escribiendo para su eficaz funcionamiento, dos libros fundamentales: el ‘Manual del Guía TOV’ y ‘Estilo y Vida de los Guías’ y grabando siete casetes con la misma finalidad. Transmiten de manera pedagógica su mensaje y han convocado a lo largo de los años a decenas de miles de personas.
El Padre Larrañaga es asimismo autor de 16 libros que han alcanzado numerosas ediciones y han sido traducidos a 10 idiomas.
Las obras de Ignacio Larrañaga proporcionan análisis y soluciones, doctrinas y orientación para las necesidades y los problemas del ser humano, que ha ayudado a millones de personas a experimentar el gozo de la liberación interior y la alegría de vivir. Los libros del padre Larrañaga están traducidos al inglés y otros idiomas.
Aunque el autor es católico, su mensaje es válido para cualquier cristiano, cualquier creyente y, simplemente, para cualquier hombre y mujer, según se ha probado ya en muchas naciones. De hecho, muchos psicólogos recomiendan los libros de Ignacio Larrañaga a sus pacientes.
Entre sus escritos destacan Muéstrame tu rostro, El hermano de Asís, El pobre de Nazaret, Salmos para la vida, El silencio de María, Del sufrimiento a la paz, El matrimonio feliz.
Los Talleres de Oración y Vida (TOV)
Ignacio Larrañaga, sacerdote franciscano, capuchino originario del País Vasco, ha desarrollado una amplia labor animadora y evangelizadora durante 25 años en América Latina, Norteamérica y Europa.
Los Encuentros de Experiencia de Dios, que se iniciaron en el Brasil en 1974, y los Talleres de Oración y Vida, que datan de 1984, transmiten de manera pedagógica su mensaje y se han convocado a lo largo de los años a decenas de miles de personas.
El Padre Larrañaga es asimismo autor de catorce libros que han alcanzado numerosas ediciones y han sido traducidos a 10 idiomas.
Desde hace años, al recorrer numerosos países, había ido yo constatando un hecho: entre nosotros, en general, no se enseña a orar.
Hay mucha reflexión en los grupos eclesiales, es verdad, así como un copioso estudio sobre la Palabra en los círculos bíblicos y en las diversas comunidades cristianas.
Pero aún en estos casos no se enseña a orar, al menos de una manera metódica, ordenada y progresiva. Y mientras tanto, el pueblo se muere de hambre de Dios. Los cristianos comprometidos se quejan diciendo: nos dan abundante doctrina y técnicas pastorales, pero nos falta pasión y vida. Cuántas veces hemos oído decir: los sacramentos “me dicen poco”, no sacian mis “ganas” de Dios.
Una cosa es la palabra Dios y otra es Dios mismo.
Una cosa es la palabra amor y otra cosa es el amor. En nuestra mente tenemos la idea de que el fuego quema, pero otra cosa es meter la mano en el fuego y tener la experiencia de que el fuego quema. Sabemos que el agua sacia la sed, pero otra cosa es tomar un vaso de agua fresca en una tarde de verano y tener la experiencia de que el agua apaga la sed.
Sabemos que tal sinfonía es sublime, pero otra cosa es estremecerse al escucharla. Sabemos que Dios es amor, pero otra cosa es conmoverse hasta las lágrimas ante la proximidad infinitamente amorosa de mi Padre.
Dios no es un conjunto de palabras hilvanadas con una lógica interna; no es una abstracción mental o una teoría. Dios es una persona y a una persona se la conoce tratándola; y sólo este trato personal confiere aquel conocimiento experimental “que supera todo conocimiento”. Si no nos echamos de cabeza en el mar de Dios, nunca sabremos quién es Dios.
Desde hacía muchos años yo venía sintiendo que algo debía hacerse en este sentido: en el sentido de tomar de la mano al pueblo creyente y guiarlo hacia el trato personal con el Señor a fin de transformar a cada cristiano en amigo y discípulo del Señor. Y, como nadando se aprende a nadar, lo importante era echarse al agua; así lo hicimos.
Los Talleres de Oración y Vida (TOV) son un servicio dentro de la Iglesia. Pero no un servicio universal, para todo. Al contrario, tienen sus alcances y límites. Por ejemplo, los TOV no se dedican a la formación integral de los fieles mediante documentos de la Iglesia, a un adoctrinamiento sistemático, formación teológica, catequesis…
Fundamentalmente los TOV entregan a los fieles un método práctico para aprender a orar; y orar de una manera ordenada, variada y progresiva: desde los primeros pasos hasta las profundidades de la contemplación.
Este aprendizaje, sin embargo, no es teórico como en un curso sino práctico como en un taller.
En un taller se aprende trabajando y se trabaja aprendiendo. En nuestro caso los verbos aprender y trabajar se refieren a la actividad orante: orando se aprende a orar. Tiene, pues, el Taller de Oración una connotación eminentemente experimental y práctica.
Orar no consiste en una reflexión intelectual, sino en un elevar a Dios la mente -atención y emoción- y así entrar en una comunicación afectiva con un Tú. Es, pues, una actividad vital, y las cosas de la vida se aprenden viviéndolas, practicándolas.
En el Taller de Oración, pues, se aprende a entrar paso a paso en la relación personal con el Señor, a establecer una atención emocional y unitiva con un Tú en la fe, en el amor. Y esto, comenzando por los primeros pasos, continuando por una gama variada de modalidades o distintas maneras de relacionarse con el Señor, hasta sumergirse en los insondables abismos de la contemplación.
Una vez recorrido este itinerario múltiple y variado, al final el tallerista opta y se queda para su oración diaria con un esquema de dos o tres modalidades que, comprobadamente, mejor se adaptan a su estilo espiritual y condiciones personales.
El Taller de Oración y Vida consta de quince sesiones y una reunión de apertura. Cada Sesión dura dos horas, y la Sesión es semanal.
El lugar para la aplicación de un Taller puede ser una sala parroquial u otro lugar apropiado.
Cada Taller es dirigido por un Guía (eventualmente pueden ser dos).
Al frente de los Guías hay una estructura orgánica de gobierno a nivel internacional, zonal,  nacional y local, cuya función es autorizar, organizar y controlar la marcha de los Talleres, velar por la fidelidad y expansión de los mismos.
TALLERES DE ORACIÓN Y VIDA
OBRAS:
El hermano de Ásis
El matrimonio feliz
Muéstrame tu rostro
El sentido de la vida
Del sufrimiento a la paz
El pobre de Nazaret
La rosa y el fuego
Salmos para la vida
El silencio de María

martes, 5 de marzo de 2013

NUEVA REFLEXIÓN DE MARZO: EL SILENCIO INTERIOR


"Dios mío, de día clamo, y no respondes,
también de noche, no hay silencio para mí". (sal 22,3)


Vivimos en un planeta que gira, el sol marca los días y la luna la noche; el trabajo y el descanso el ruido y el silencio. Es necesario 

que todo tenga movimiento, porque sin movimiento nada tendría vida. Las abejas buscan el polen y potencian la polinización, el pez busca su alimento, los polluelos del aguilucho pían hasta que sus padres les traigan el alimento para crecer, ¿y el hombre? El hombre, en nuestra sociedad, trabaja, busca su deseo y necesidad, convive con su pareja, o en su comunidad cristiana, y este movimiento puede provocar que el ruido de la vida se implante en la mente y puede desplazar el mayor concepto que puede poseer un hombre y es el sentirse hijo de Dios, del Creador de todo lo que percibimos por nuestros sentidos.

Sabemos que el hombre vive, como se suele decir hoy, para trabajar y no trabaja para vivir; el hombre cubre sus necesidades esenciales y no se deben de crear necesidades para complacerse; el hombre como persona deja de ser menos persona cuando se centra en las cosas del mundo, imposibilitando potenciar sus capacidades esenciales: la persona como ser humano, necesita el tú de las relaciones personales para crecer en sus diferentes dimensiones: social, sentimental, emocional, religioso, de pareja, con la naturaleza, con Dios. Ya nos lo dice Jesús: " Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura" (Mt 6,33), pues para esto también nos dice: " Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida? Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal. (Mt 6,25-32.34). Pienso y creo hermanos que el hombre debe de bajar de ese tren que se encuentra en marcha y a alta velocidad, debe de centrarse y encontrarse consigo mismo para encontrarse con Dios, en Dios y el prójimo. Para ello propongo el silencio, aquel gran desconocido y desestimado.....

¿Quién de nosotros al llegar la noche, va a su habitación para dormir y al apagar la luz, no se recrea en el silencio? "por fin silencio" podemos decir; por fin el descanso nocturno. Podemos aprovechar este silencio al máximo recreándonos en él, o podemos dormirnos rápidamente porque el silencio me crea respeto y miedo, porque el silencio me invita a pensar: ¿Quién soy yo?, ¿Qué sentido tiene lo que soy y lo que hago? ¿De dónde venimos? ¿Qué sentido tiene la vida? ¿y tu vida? ¿Qué hay más allá de la muerte? ¿Qué será de mi vida dentro de algunos años? ¿Sientes que las relaciones te constituyen? ¿Qué dificultades encuentras con alguna hermana/o de la comunidad?
En el silencio podemos encontrar a Dios porque Dios es silencio. Dios calla especialmente en nuestros momentos más difíciles: Dios calla cuando Abrahám tiene que atravesar el territorio para ir a Canaán (cf. Gn 12,1ss.); Dios calla cuando no encuentran posada (cf. Lc 2,7); Dios calla cuando José toma a María para ir con urgencia a Egipto (cf. Mt 2,13-14); Dios calla cuando María no encuentra a su Hijo en la caravana (cf. Lc 2,43-44); Dios calla en el huerto de Getsemaní ( cf. Mt,26-36ss.), Dios calla en la cruz (cf. Mt 27,46).

Dios es silencio y el silencio se apodera de nosotros como temor y como reposo ¿qué puede hacer el hombre para serenarse y reencontrarse? Podemos pensar en un primer momento que recrearse en el silencio es recrearse en Dios mismo. Que Dios calle no quiere decir que no perciba nuestra alegría, pasión, sufrimiento o pena, que no se preocupe, que no vierta su medida de Amor y de Gracia por ti, porque Dios es un Padre responsable con sus hijos y a todos quiere por igual, a ninguno desecha porque "amas a todos los seres y nada de lo que hiciste aborreces, pues, si algo odiases, no lo habrías hecho. Y ¿cómo habría permanecido algo si no hubieses querido? ¿Cómo se habría conservado lo que no hubieses llamado? Mas tú con todas las cosas eres indulgente, porque son tuyas, Señor que amas la vida" (Sb 11,24-26).

En el silencio de la noche, en al contemplar un crucifijo, las estrellas, el ruido del golpeo de las olas en la orilla, escuchar las gotas de lluvia al caer y romper contra el tejado, la plaza o la calle,... cuando nos apartamos del bullicio y ajetreo del trabajo a un lugar apartado, son momentos de descanso, de reparación, de cicatrización de heridas pasadas, de escuchar a Dios con nosotros en el silencio, ¡qué paradoja! Escuchar a Dios en el silencio y por el silencio.

¿Podríamos decir que Dios es silencio? ¿Quién lo sabe? No vamos muy mal encaminados si pensamos que su voz es especialmente la del Hijo, su Palabra encarnada que es la misma divinidad y esencia de Dios en la segunda persona de la Santísima Trinidad. Aunque como Dios Padre puede tomar la iniciativa porque es Dios, puede mostrarse, como en el bautismo de Jesús por parte de Juan el bautista: "Este es mi Hijo amado, en quien me complazco" (Mt 3,17) o en el monte Tabor "Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle" (Mt 17 1-6).

Por otra parte hermanos todos, ¿qué existía antes de la creación del universo? Solo nos podemos acercar al silencio para nuestro entendimiento científico o humano. Por lo que Dios es silencio y en el silencio podemos encontrar a Dios mismo. Dios nos puede hablar por el silencio.