Queridos
amig@s del blog,
Intentaré
presentar una pequeña reflexión cada cierto tiempo para animaros a encontrarnos
con Dios, en su Hijo en el Espíritu y con el vínculo de la Iglesia.
Cierto
es que a veces mandamos imágenes preciosas con mensajes que nos llegan al
corazón y nos llena de vida, canciones, reflexiones de aquí o allá, pero
después de leerlas y darles a +, o hacer un breve comentario ¿qué queda? Todo
pasa fugazmente, todo queda en una pantalla, pero ¿quedó algo en el corazón que
nos haga madurar como personas y creyentes?
Todo
pasa, Dios permanece, todo lo que alguien ha plasmado en una imagen o reflexión,
canción, mensaje,... es, pienso yo, porque antes lo ha descubierto en su ser en
sí a través de algún medio escrito, visual, interrelacional, etc. ¿Cómo se
consigue esto? Es cierto que la vida te va haciendo madurar y te da ciertos
galones cuando llegas a anciano, pero con Dios de la mano y buscando su
Sabiduría podemos darle un sentido, no sólo mundano, pues lo mundano queda
aquí, en la tierra, sino divino, porque Dios que es omnisciente, e hizo al
hombre como culmen de su creación, según su imagen y semejanza ¿no va a tener
dicha Sabiduría y equilibro Él mismo, máxime de ser Dios creador, participando
de su misterio Trinitario?
Podemos
decir la famosa frase "es que es Dios", pero su Hijo pasó como un
hombre cualquiera (cf. Flp 2,5-11) y sobrellevó la vida como todo hombre y "progresaba
en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres" (Lc
2,52). Es más nuestra Madre la Virgen María, como mujer, es el orgullo de
nuestra raza, nos dice la Iglesia y cantamos en la solemnidad de su Inmaculada
Concepción, al llevar en sí una vida ejemplarísima. Cuántos santos y santas
vemos en ellos testigos vivos de Jesucristo, siguiendo la voluntad de nuestro
Padre y caminando en y junto a la Iglesia peregrina. Entonces también nosotros
podemos conseguirlo.
Podemos
acercarnos a Dios en su sabiduría divina que llevamos como don en nuestro ser.
Dios nos habla todos los días y en cada momento, sólo tenemos que estar alerta,
que no quede todo en pasar la vida... participemos de los sacramentos que nos
ofrece Dios en la Iglesia, en la oración contemplativa, en la Palabra, en la
fraternidad, en comunión con lo creado... teniendo a Dios en nuestro centro
mismo, mente, alma y corazón, pues sabemos que la muerte llegará y nos
presentaremos ante el Padre eterno con nuestras manos vacías de odio, orgullo, egoísmos,
intereses vanagloria, o llenas, ¿de qué? de amor, máxime de la sabiduría
Eterna. ¿Qué amor? El dar la vida por los otros aún en daño propio. Ese es el
verdadero Amor, un amor sufriente, un amor fiel, un amor derrotado, un amor
roto, herido pero vivo, muy vivo, porque el amor solo quiere amar.
Ya lo dice Khalil Gibran, algo que me parece precioso: "El amor solo da de sí mismo y nada
recibe sino de sí mismo. El amor
no posee y no se deja poseer, porque se basta a sí mismo."
