Queridos hermanos tod@s, paz y bien:
Mañana domingo 19, Pentecostés tendremos la ceremonia de envío de los futuros misioneros populares de nuestra parroquia de El Salvador. Después de un año de formación llega la hora del envío, os pido a todos los lectores una oración por nosotros.
Que Dios Padre que empezó en nosotros esta obra buena la culminemos con abundantes frutos para gloria de su nombre.
Os dejo la ceremonia de envío para que también vosotros participéis de ello desde vuestros lugares.
Sin más un gran saludo y os mantendremos en contacto.
¡¡¡Gracias herman@s!!!
-000-
CEREMONIA
DE ENVIO
DE
MISIONEROS
Parroquia
del Salvador
19 de mayo de 2013, Pentecostés
RITOS INICIALES
Monición de entrada
El
día de Pentecostés, el Espíritu Santo de Dios, irrumpió con fuerza sobre los
discípulos de Jesús, que estaban encerrados llenos de miedo y, los llenó de
valor.
El
Espíritu de Jesús Resucitado sigue alentando a personas, para que de manera
sencilla anuncien la Buena Noticia de la Salvación. Aquellos primeros
seguidores de Jesucristo, eran personas del pueblo, llenos de limitaciones,
como nosotros, tuvieron la experiencia de Jesús, se enamoraron de Él y, dieron
testimonio de lo que habían visto y oído, hasta dar la vida.
Hoy,
un pequeño grupo de personas de nuestra parroquia, son enviados a evangelizar,
a llevar el mensaje de la fe, a las personas de nuestro entorno. También ellos,
tienen sus miedos y reparos, no saben con quienes se van a encontrar, no saben
las caras que les van a poner o las puertas que no se van a abrir, pero aquí
están.
En
esta celebración damos gracias a Dios que sigue suscitando personas dispuestas
a anunciar de manera directa el Evangelio.
Pedimos
por la fe y la generosidad de estos hermanos y hermanas nuestras y encomendamos
a ellos y su labor misionera a la guía y
protección de la Virgen María, Divina Pastora de las Almas, a los Apóstoles, a
san Francisco de Asís, Beato Diego José de Cádiz y a todos los Santos, para que
pongan en el Señor su confianza.
En la procesión de entrada entran
junto a los ministros los que van a ser enviados que se sitúan en los primeros
bancos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Presentación de los que van a ser enviados
(Raúl)
Homilía
Bendición de los van a ser enviados y entrega de los crucifijos
Monición
Invocamos
la bendición de Dios sobre los que van a ser enviados. Después de recordar a la
Virgen, a los Apóstoles y los Patronos de las Misiones pedimos que sean fieles
colaboradores en la obra de la evangelización y la salvación de toda la
humanidad.
Oración de
bendición
Después de la homilía y la monición
todos los que van a ser enviados se levantan.
El celebrante dice:
Pidamos,
hermanos, a Dios, que en atención a los méritos de su Hijo, Jesucristo, nuestro
Señor, de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia y Reina del mundo, de
los santos Apóstoles, fundamento de la Iglesia y de los santos Francisco y
Clara y todos los santos, se digne
otorgar a estos hermanos y hermanas que hoy enviamos, servidores de Cristo, que
su amor aumente más y más y alcancen sabiduría y entendimiento, para saber
escoger siempre lo mejor, que se mantengan fieles y sin tacha hasta el día que
puedan presentar una abundante cosecha de buenas acciones gracias a Jesucristo,
para gloria y alabanza de Dios.
El celebrante, imponiendo
conjuntamente las manos sobre ellos, dice:
Te
bendecimos y alabamos, oh Dios, porque, según el designio inefable de tu
misericordia, enviaste a tu Hijo al mundo, para librar a los hombres, con la
efusión de su sangre, de la cautividad del pecado, y llenarlos de los dones del
Espíritu Santo. Él, después de haber vencido a la muerte, antes de subir a ti,
Padre, envió a los apóstoles cómo dispensadores de su amor y su poder, para que
anunciaran al mundo entero el Evangelio de la vida y purificaran a los creyentes con el baño del
bautismo salvador.
Te
pedimos ahora, Señor, que dirijas tu mirada bondadosa sobre estos servidores
tuyos que, fortalecidos por el signo de la cruz, enviamos como mensajeros de
paz y bien. Con el poder de tu brazo, guía, Señor, sus pasos, fortalécelos con
la fuerza de tu gracia, para que el cansancio no los venza.
Que
sus palabras sean un eco de las palabras de Cristo para que sus oyentes presten
oído al Evangelio. Dígnate, Padre, infundir en sus corazones el Espíritu Santo
para que, hechos todo para todos, atraigan a muchos hacia ti, que te alaben sin
cesar en la santa Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.
Monición
La
cruz que se les entrega ahora (Cristo de san Damián que hablo a san Francisco),
es el signo del amor de Jesús por todos los hombres y de la misión para la que
han sido escogidos, para llevar el mensaje de la fe a las personas de nuestra
parroquia.
Entrega de la
cruz
El celebrante:
Te adoramos, oh Cristo, y te
bendecimos.
Todos los enviados
R/. Porque con tu santa Cruz redimiste al
mundo.
El celebrante:
Oremos
Dios,
Señor y Padre nuestro, Tú quisiste que tu Hijo Jesucristo, elevado sobre la
Cruz, atrajese a todos hacia sí y diste fuerza a la Virgen Madre para que le
acompañara fielmente, permaneciendo firme al pie de la Cruz. Tú infundiste tu
amor y celo apasionado a san Francisco de Asís que a los pies del santo Cristo de San
Damián se lanzó a la tarea de restaurar tu Iglesia.
Bendice
+ estos crucifijos
que entregamos a estos hermanos que van a ser enviados a anunciar la fe. Que estos crucifijos sean signo de que Tú estás
siempre con ellos hasta el fin del mundo siendo la fuente de su fe, esperanza,
fortaleza, alegría,
fidelidad y amor.
Te
lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
R/. Amén
El celebrante rocía los crucifijos con
agua bendita y pronuncia la fórmula de entrega de la cruz una sola vez para
todos, diciendo en voz alta:
Recibid la cruz signo del amor de
Cristo y de la misión para la que os ha elegido la parroquia.
Los enviados responden todos a la vez:
Amén.
Y se acercan al celebrante para
recibir la cruz. Fray Paco impone la cruz a Fray Raúl y éste a los enviados.
Ofrecimiento de
los misioneros
Terminada la entrega de crucifijos
recitan la oración de ofrecimiento:
Padre
Dios, te damos gracias por haber fundado en Jesucristo tu Iglesia santa y
católica, "sacramento universal de salvación", y por querer reunir en
ella a todos los hombres de todos los siglos, razas, lenguas y pueblos, hasta
consumar tu Reino y la comunidad feliz
de los santos.
Aquí
nos tienes, Señor, dispuestos a la entrega generosa de nuestra persona,
enviados por la comunidad cristiana del Salvador, para que tu Reino sea más conocido
por las personas de nuestro entorno.
Queremos servir fraternalmente a
todos y en
especial a los
más pobres y alejados de ti, pues en ellos has querido
hacerte presente de modo singular.
Danos,
Señor, la fidelidad a tu llamada y a tu mensaje salvador, para que lo
anunciemos constantemente con nuestras palabras y el testimonio de nuestras
vidas.
Que
la Virgen Santa María, Madre de la Iglesia y todos los santos nos acompañen y
ayuden en esta tarea. Amén
Oración de los
fieles
El celebrante introduce la oración de
los fieles con las siguientes palabras:
Presentemos ahora al Padre nuestra
oración. Pidamos hoy especialmente que el Evangelio de Jesucristo fecunde
nuestras vidas y llegue a todos los hombres. Oremos diciendo: Padre escúchanos.
- Por el Papa Francisco y nuestro obispo Jesús, para que en
la Eucaristía encuentren el modelo de su
acción pastoral universal, a favor de toda la Iglesia y de todos los
hombres y pueblos, roguemos al Señor.
- Por toda la Iglesia y los creyentes en Cristo, para que,
siguiendo las huellas de san Francisco
de Asís, se animen a ser testigos del amor y de la salvación que viene por la
Cruz, roguemos al Señor.
- Por los que tienen responsabilidades en el gobierno de las
naciones, para que promuevan la verdadera solidaridad con los más pobres,
necesitados y sufrientes y contribuyan a
saciar su hambre de amor y su sed de justicia, roguemos al Señor.
- Por la misión evangelizadora de la Iglesia, para que
siempre esté movida por el amor que
Jesús nos manifiesta en la Cruz y nos ofrece en la Eucaristía, roguemos al
Señor.
- Por los misioneros de todo el mundo, para que encuentren
en la Eucaristía la fuerza para seguir partiendo el pan de sus vidas en sus
lugares de misión, roguemos al Señor.
- Por nuestra parroquia a la que son enviados estos
hermanos, para que experimenten la comunión con todos sus miembros los
ayudemos con la oración y el agradecimiento, roguemos al Señor.
- Por las
vocaciones misioneras en todo estado de vida eclesial, por las misioneros
capuchinos, para que sin miedo se consagren totalmente a Cristo y a la misión y
hagan de sí mismos pan partido para la vida del mundo, roguemos al Señor.
El celebrante concluye:
Padre, escucha
nuestras oraciones y llena el mundo con tu Espíritu, para que todos conozcan tu
inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R./ Amén.
LITURGIA EUCARÍSTICA
Durante el canto de ofertorio, llevan
oportunamente al altar los trípticos, el pan, el vino y el agua para la
celebración de la Misa.
Comunión
los que van a ser enviados suben al altar y comulgan bajo las dos
especies
RITO DE CONCLUSIÓN
El celebrante,
con las manos extendidas sobre los misioneros, los bendice, diciendo:
Dios, que en Cristo ha manifestado su
verdad y su amor, os haga mensajeros del Evangelio y testigos de su amor en el
mundo.
R./ Amén.
Jesús, el Señor, que prometió a su
Iglesia que estaría con ella hasta el fin del mundo, dirija vuestros pasos y
confirme vuestras palabras.
R./ Amén.
El Espíritu del Señor esté sobre
vosotros, para que, recorriendo los hogares de nuestra parroquia, podáis
anunciar el Evangelio a los pobres y sanar los corazones desgarrados.
R./ Amén.
Y a todos vosotros que estáis aquí
presentes, os bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo.
Todos: Amén.
Canto final a la Bienaventurada
Virgen María.